Licencia social para operar

29.04.2024

Una de las plataformas de la sostenibilidad en una empresa está relacionada con la vinculación que establece con su entorno social. Desde la visión del desarrollo sostenible, el crecimiento de una empresa está directamente conectada con el del contexto en donde se lleva adelante sus operaciones.

Partiendo de esta consigna, cuando hablamos de la licencia social para operar (LSO) nos referimos al permiso que otorga la sociedad a una empresa u organización para su funcionamiento. Esta legitimación social va más allá del cumplimiento legal, o de un contrato formal; se basa en la aprobación que brindan implícitamente los distintos grupos de interés que permite llevar adelante los distintos procesos de manera fluida.

Como la mayor parte de las cuestiones sociales, son vínculos en permanente construcción, es decir que van cambiando de acuerdo a múltiples factores que determinan el nivel de otorgamiento de la LSO según cómo se van conjugando las expectativas, la credibilidad, y la confianza entre los actores intervinientes.

Por esto, un primer gran insumo es el mapa de stakeholders de cada compañía, de cada locación, con sus particularidades que nos dan una idea acabada de quiénes son, cuáles son sus intereses y su posicionamiento.

La calidad de este permiso obtenido puede medirse de manera directa e indirecta de acuerdo a una serie de indicadores y tienen que ver con cómo se van configurando las relaciones y la percepción de la obtención de beneficios y oportunidades para cada grupo de interés.

Lograr el apoyo de la comunidad es una tarea estratégica que implica un constante monitoreo de expectativas y necesidades de las partes interesadas, como así también de los niveles de riesgo para las operaciones. Es un ejercicio de diálogo e información tanto interna como externa a la organización, que permita dar respuestas ágiles en el momento adecuado.

Las buenas prácticas de construcción de la licencia social se dan en contextos de aprendizajes mutuos, generación de confianza, reconocimiento de los actores y, sobre todo, de la intencionalidad de sumar a la sociedad en nuestras estrategias, con la convicción que buscar el desarrollo sostenible es una tarea de esfuerzos conjuntos y multi actorales.